
Preámbulo
El ser humano se distingue de las bestias en que, inconforme con su papel en el mundo, lo decide transformar a sus necesidades a una magnitud incomparable a abejas, castores o similares.(1) La historia nuestra es historia de dominaciones, ya sea dominación de un amo sobre su esclavo, dominación del hombre sobre la mujer o dominación del humano sobre la naturaleza(2).
Siento la necesidad, a más investigo, de juntar todo lo que tomo para sintetizar guías, narrativas, lo que sea posible a fin de que quien venga y aprenda de esto pueda construir sobre una base firme y amplia.
Este texto va a ser un hilo que conecte y con suerte revierta la absurda división que se ha fomentado entre el campo y la ciudad, mostrando cómo lo que tiene que ver con ambos importa más que lo que los distingue.
Se debe estudiar el pasado porque sigue habiendo problemas de tiempos anteriores, como la vejez de la población y el abandono por parte de los descendientes. (4)
Mis ancestros salen del campo como el trigo, soy una rama de un árbol genealógico borroso, pero me enorgullezco de lo que hay registrado(3), y aparte con lo que estoy estudiando me parece que puedo comprender mejor lo que leo y lo que escribo en cuanto a este tema.
Los albores
Mil nubes vuelan sobre el campo. Llegan barcos y carros y caballos desde fuera y cambian todo para siempre. Mientras la naturaleza cambia lentamente sus procesos y productos, el hombre está ansioso de recoger y usar sus beneficios (5). Pronto se establecen y pasan a colocar estelas marcando áreas, chozas sobre montículos y cadenas de abastecimiento kilométricas.
Esta gente entró a un vergel, lleno de plantas y fauna que hoy día creeríamos imposible ver hoy día, como leones en cavernas o anguilas en los arroyos (hace relativamente muy poco estas eran de las más comunes (3)).
Cada pueblo que se asentó pasó a criar variaciones de las especies con las que llegó, hasta las que hoy día se pueden ver en ausencia de la original salvaje, como el encebro y su relación a los burros extremeños y andaluces (6).
Poco hay que decir de ellos. En Córdoba hay un lugar que se llama la colina de los quemados, con restos de los que perdieron ante el asedio romano que fundó la colonia patricia de Corduba, y que ahora no se tiene registro del nombre original.
La época antiquísima
Llegaron a establecerse los imperios en valles y sierras. Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, todos ellos vieron la abundancia y fueron trayendo la técnica y las variedades con las que ya estábamos acostumbrados. Llegaron los Olivos.
En la Bética surgieron villas, y escritores como Columela sentaron por escrito bases que se respetarán durante siglos(7). El sistema era autosuficiente, requiriendo poca inversión exterior, pero con posibilidad de volverse otra despensa más del imperio.
Tras la barbarización con la entrada de los visigodos, las ciudades entraron en coma, y mientras tanto el campo pasaba también a simplificarse de igual manera.
Esplendor califal
Tras desembarcar y afincarse propiamente, estos extranjeros también traen con ellos sus propias variedades y técnicas. Llegaron los naranjos.
El ingenio árabe y sus traducciones de obras griegas (7) se infiltran de tal manera que nunca volverá a repetirse un milagro de tanta magnitud en el campo. Sierra Morena se vuelve densamente poblada (8), Córdoba podrá dar cobijo a medio millón de personas, una gran cantidad de ellas sabiendo leer y escribir en porcentajes que no se volverán a ver hasta la segunda mitad del siglo XX, y toda pieza cultural que se pudiera desarrollar, lo hizo hasta su máximo técnico posible (9).
El libro de Agricultura de Al awam aporta la doctrina que toda tierra, da igual cuán marginal sea, puede y debe ser cultivada, y junto con redes de acequias y pozos se llena de vitalidad zonas tan castigadas hoy como las Alpujarras(7), aparte de aprovecharse en ganadería la cabra y otras especies también, cumpliendo con las tres ramas del campo que se unen para resolver los problemas (Labranza, crianza, obra). (7)
Caída
Empiezan los siglos de humillación. La tecnología liberadora en el campo fue la primera víctima de la reconquista, y unido con eso la colonización de la tierra por élites extrañas a la población local (4,7,9,10), y esto tendría consecuencias hasta nuestros días, junto con la campaña de diezmar la población a muerte y expulsión por igual parte de los reyes “católicos”.
Entre el 1500 y el 1900 se hace campaña en contra del campo, subyugándolo y viéndolo como una periferia pobre, poco poblada y estúpida. Con actos de fueros se le da privilegios políticos al Norte.
Cuando llega la industrialización, así como el capitalismo, de repente se ve el efecto de la dejadez. Una agricultura de subsistencia no basta para la avaricia, así que grandes campos se cubre con la misma cosecha, y aparte se toman acciones para volver la tierra más homogénea y arable, con malas consecuencias.
Durante las monarquías, entre las guerras internas y externas, distintos monarcas ponen mayor o menor grado de aprovechamiento de tierras, pero mientras tanto la industria se va moviendo hacia el norte. Con centralizaciones se le da privilegios económicos e industriales al norte.
Una economía agraria no basta ya, porque ahora también se ve rentable el refinamiento del producto, por tanto, era esencial que también hubiera desarrollo de industrias cerca, pero no se dio el caso de manera activa y consciente una y otra vez.
La actividad tiene consecuencia siempre. Las cercas de terreno afectaron al pastor, los tractores redujeron mano de obra y la dejaron en niveles históricos de paro. (4)
Movimientos
Históricamente, Andalucía debe de cambiar mucho para solucionarse. (7)
Incluso en la primera ola de industrialización se seguía viendo que “La ruina del campo era igual a la de la sociedad” (11), con solamente Córdoba poseyendo 200 telares, que se disminuyeron por el capital e inversión mudándose a Cataluña.
Frente a la necesidad de arreglar el mundo que habían heredado, los liberales de este tiempo fundaron sociedades patrióticas, siendo la de Córdoba una institución notoria, que en cuatro meses y poca burocracia consiguieron ir más lejos que muchos manifiestos del siglo XX, implantando el cultivo de patata o contribuyendo a fábricas de paños (en alta demanda en esos tiempos). Algo suyo era también aplicar lo visto y escrito fuera de España, consiguiendo mayores rendimientos y prosperidad por tomar iniciativa.
Por envidia y paranoia, estas instituciones fueron desbandadas para darle más fuerza al organismo central, y con ellas también se fueron los propósitos y mantenimiento que ellos daban.
Pasaron mil nubes sobre el campo otra vez, y entre desamortización desastrosa a desamortización desastrosa, la tiranía de Primo de Rivera fue sustituida por la Segunda república, de base burguesa, pero manteniendo interés sobre el campo (10).
Por desgracia, demasiado proceso hizo que se ralentizara y no aprovecharon los años y recursos que tuvieron disponibles. Viendo como enemigos aquellos que mecanizaban su campo para tener más eficiencia y menos gente que pagar, los sindicatos y jornaleros vieron la mecanización como su peor enemigo (3), y hasta hubo quienes destruyeron tractores, a la vez que también había dueños que decidían activamente que se estancase el sector industrial en los pueblos, a fin de tener la mano de obra bajo su control. (10)
Hubo alto revuelo sobre la distribución de tierras, en lo que se tardó tanto y se revirtió tan rápido que hasta los que lo apoyaron vieron lo catastrófico que fue, por no haber llegado lo suficiente al objetivo.
Y la naturaleza tiene más razón que el juicio rápido, porque bajo la sequía que hubo en el año 1930, los lugares que mejor llevaron la mala temporada fueron aquellos que iban en contra de la norma: Bien distribuidos en relación a tamaño/terratenientes, variación de cultivos, y que usaban las obras públicas de irrigación (a lo que muchos dueños en ese momento estaban rezagados y se negaban a usar, aun habiendo costado impuestos construir). (10)
Mi padre me lo dijo claramente cuando le pregunté por la reforma agraria y me respondió que nunca hubo una de verdad. Todo movimiento rezagado ha caído en saco roto, y ahora la tractorada se vio como un caso aislado en vez de otro ladrillo más en el muro de las lamentaciones del campo.
Presente
Se participa en el sector agrario cada vez menos (4), a la vez que se va haciendo más larga la cadena de suministros aun siendo obvio lo importante que es que los procesos ocurran en territorio local (7).
En la transición se abrió las puertas a la influencia extranjera, y junto con las presas construidas durante la dictadura, se ve que gran cantidad de vida en agua dulce está en declive o siendo suplantada por especies invasoras (traídas de manera consciente o inconsciente).
Hay técnicas que, aun tradicionales, muestran llevar igual nivel de rendimiento pero que tienen menos coste en finanza o en tiempo, junto con mejor biodiversidad (6,12). Algunas están actualmente pereciendo en el olvido de la España profunda, mientras otras se quedan en textos traducidos de otros idiomas. (12)
La mano de obra agraria lleva cien años sin un sindicato unido a nivel nacional (10), y mientras tanto los ecologistas (con los que deberían de tener más en común de lo que muestra actualmente) son demonizados como si fuera radical no querer envenenar los ríos.
Por un lado de conservación, ahora se ve con ganas el aplicar esfuerzos de restaurar al mejor estado posible y natural el medio, ya sea mediante la adquisición de tierras o acción legal, dejándose registrados los beneficios en todos los aspectos (turismo, economía, trabajo) que podrían darse de efectuar el llamado “rewilding” (6)
Los insectos, grandes olvidados de las grandes ideas que poseen las épocas (13), están en una muerte silenciosa, pese a ser indispensables para el desarrollo normal de todo. No se está haciendo ningún esfuerzo activo en conservarlos específicamente, aunque muchas actividades de restauración también dan como efecto secundario en la mejora de la biodiversidad un aumento en insectos beneficiosos.
Futuro
Naturalmente, es esencial una reforma agraria, puesto que la historia trágica del campo se resuelve con una redistribución de tierras como primer paso (10), aparte que es importante instruir a los hombres del campo (5).
Como ejemplo, desde hace más de cuarenta años (5) la cabra lleva siendo víctima de una campaña de desprestigio, pese a que tiene un papel indispensable sobre el campo que, a menos que se tome la responsabilidad de restaurar los gremios biológicos al territorio (6), es importante que se deje anotado para la población general lo beneficiosa que es.
La escasez es pura simulacra (2,3,6), debemos optar por el bien de todos hacia técnicas descentralizadas, que liberen la población en vez de mantenerlas en una tóxica relación entre metrópoli y periferia. (2)
(14)No es posible un nacionalismo nostálgico en Andalucía. Por las características que ha tenido su historia, no tenemos justificación para añorar un siglo de oro más allá de las letras, sino que tenemos una sombra de miseria de varios cientos de años desde donde planear un futuro que no nos haga repetir la caída.
Se está demasiado lejos de Al-Andalus como para querer desear restaurarlo.
Los políticos que mucho prometen y mucho olvidan no nos pueden ayudar, antes que buenas palabras lo necesario es un plan definido y los medios para dejarlo averiguados lo más pronto posible. Cada año en que se retrase es un año más de humillación, cada promesa que no escapa de la charla es otro motivo de burla para las generaciones futuras.
Referencias
(1)Meditaciones de la técnica (1933), Ortega y Gasset
(2)Por una sociedad ecológica (1969), Murray Bookchin
(3)Machaco: vivencias para no olvidar (2021), Juan Miguel Caballero Aroca
(4)La Ganadería Andaluza (1979, Luis Godoy López
(5)Observaciones sobre las cabras (1970), de M.H. French (FAO)
(6) Rewilding Iberia- Explorando el potencial de la renaturalización en España (2020), Jordi Palau
(7)Breve historia de la agricultura andaluza (2008), José Ignacio Cubero Salmerón
(8) https://cordopolis.eldiario.es/cordoba-hoy/tuvo-cordoba-millon-habitantes_1_6992006.html
(9)La verdad sobre el complot de Tablada y el estado libre de Andalucía (1931), Blas Infante.
(10)La reforma agraria en España en el siglo XX [1900-1936] (1975), Jacques Maurice.
(11)Noticia histórica de la real sociedad patriótica de Córdoba (1816), Sociedad patriótica de córdoba
(12)Revolución de una brizna de paja (1975), Masanobu Fukuoka
(13)La astucia de los insectos y otros atrópodos (2023), Jairo Robla
(14) https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/vergel-andalucia_132_1003238.html