Este artículo tiene Notas y Referencias al final del texto.
Se mancilló la honra con trampas espirituales, se destruyó la prosperidad por inacción, se destruye la belleza a posta, se lleva siglos destruyendo la comunidad. Como solo se le puede “poner cara” a los animales, muchos de los factores que influyen apenas han sido mirados o discutidos, pese a lo importantes que son.
Uno de los factores es la domesticación continua de la humanidad.
La historia del campo es trágica, esa tragedia se refleja en la Historia general humana de la manera que una parte a veces refleja un todo. Tengo mis motivos y mis fuentes, porque no soy el único que piensa así, pero tampoco pienso desmoralizar. Así funcionará esto:
Aquel que venga a leer esto verá que el ser humano ha sido como su ganado, al principio era población salvaje, que luego fue tomada brutamente, luego refinada en categorías locales muy variadas, luego normalizada y en camino a que esa tendencia homogénea haga desaparecer las variedades acostumbradas a su entorno y que lo beneficia.
Aquel que venga a leer esto verá que, igual que se pueden restaurar variedades que siguen siendo útiles al mundo, igual que también son beneficiosas las especies salvajes, es también la humanidad algo en un cambio tangible y realista, y esto restaurará la pena y fatalismo que sienten algunos sin ningún futuro que proyectar a su vida.
EL INICIO Y SUS BARBARIES
Al principio ya había cosas, pero cada uno tenía distintas opiniones. Unos estaban tomados por una absoluta reverencia a lo que ven, y velaban porque nunca hubiera un efecto que alterase el sistema entero de su vida; otros veían lo que no eran ellos como una molestia, y hacían su vida en torno a evitar lo incomprensible; otros lo veían como una amenaza activa, y dedicaban su vida a imponer su voluntad en todo el espacio que tuvieran disponibles. (15)
Cada sitio en los tiempos primigenios se regía por sus recursos, aquí un ejemplo: Según la geografía, se pueden ver en hallazgos arqueológicos la importancia que ha habido según como participaba con las cadenas montañosas, con los ríos, si acaso sabían navegar hasta llegar a unas islas por naufragio o para comerciar.
Es impresionante también no solo lo distintas que eran sus culturas de herramientas, sino la variación en cómo ciertos individuos podían tener un enterramiento más fastuoso respecto a su grupo, mientras en otra tribu todos eran incinerados, o en otro se comían a sus difuntos o dejaban a los moribundos en sitios altos para que lo devorasen los buitres. (14)
Cuando uno pasa de una edad a otra se observan que estas variaciones extremas de kilómetros a kilómetros pasan a borrarse para empezar a formar masas donde todos han aprendido a usar copas con formas acampanadas, o tienen de repente un papel más integral los caballos en sus dietas, ¿Cómo es esto? Se observa en el campo(16).
Andalucía en un principio estaba inundada por el mar, en épocas de dinosaurios, y en varios milenios pasó de haber nadando en la campiña unos seres similares a ballenas a solo ser vistos sus coetáneos marinos en los ladrillos de arenisca de la mezquita. Una vez que se formó Sierra morena, una gran cantidad de plantas vieron una barrera que dividía del resto de la península, y comenzaron a vivir según los factores específicos de unos pocos kilómetros cuadrados, o quizá podían tomar toda la tierra hasta donde se encontraran con el mar o con las montañas inhibidoras.
En este tiempo, se empezó a formar un suelo muy profundo, y todo se parecía al parque de Los Alcornocales en Cádiz, todo exageradamente biodiverso, debido a estar separados los unos de los otros y no poder extenderse demasiado, como pasaba con la humanidad temprana.
Igual que aún queda hasta día de hoy una franja de 1,7 kilómetros en mitad de un mar de trigo donde hay 90 especies distintas(13), hasta lianas, también quedan tribus Amazónicas, con línea directa de gente que pintó en paredes durante la edad del hielo, pero ahora son minoría.
No voy a deciros que esto es el mejor tiempo de la humanidad, o que este era el mejor tiempo para la gastronomía, pero este era el tiempo que era. Mucho conocimiento se generó en este tiempo, las artes de coser, cerámica, el conocimiento sobre plantas medicinales, y demasiadas masacres han hecho que tanto ese saber como esas plantas ya no existan.
Un aumento gradual
La urbanización siguió un crecimiento exponencial, como la agricultura. Se tardó mucho en conseguir plantas que se pudieran volver pan de una calidad lo suficientemente rentable para el esfuerzo de trabajo que lo requería, pero una vez que se hizo, se empezaron a cubrir los campos de trigo.
Han sido 12.000 años aproximadamente de humanidad, pero la historia registrada solo empieza desde hace 5.000 años, y también esto concuerda con un incremento masivo en estructuras jerárquicas, que también ocurren lentamente y luego empiezan a expandir su alcance lo más rápido posible.
Estos sistemas tenían subidas, ciertos avances, quizá alguna cosa que brevemente sacudía la tierra, pero fue como con la agricultura; igual que estuvieron tres mil años arando el suelo tirado por bestias, también estuvieron tres mil años gobernando reinos trabajado por esclavos. Pese a pestañeos democráticos, así como surge vida en las lindes de una finca, la desgracia se seguía extendiendo.
Habiendo tanto mar tiránico, uno también podía ver huertos más prósperos. Había ciento más tribus y hordas montadas a caballo con más sentimiento de libertad que aquellos vigilados por policía secreta cuando aún ni siquiera había policía para la población. También esta lentitud de movimiento daba buen margen de operación a todos los agentes biológicos, de igual manera que aquellos que vivían bajo los territorios no sentían mucho cambio si cambiaban de un rey a otro, porque igualmente tampoco se podía microorganizar tanto sus vidas.
Había impuestos, sí, y por causas muy estúpidas, pero no había cámaras, y las tierras de uso común ponían buen límite a los grandes terratenientes. Este rosa se tornaba bermellón de sangre con todo el sufrimiento que se permitía, toda la coacción y matanza estúpida crecida por vientos de ideas parásitas.
En un pueblo no había ni increíblemente ricos ni un mar de indigentes, eso ocurría en los manchurrones urbanos, de igual manera que en un parque natural no hay muchos problemas de infestación, porque todos se comen a todos, pero una vez que un escarabajo parasite un olivo en una heredad, pasa como una ola kilométrica por no haber nada distinto a ese árbol.
Una vez que se echaron a los judíos de Granada y ellos se volvieran piratas contra los galeones que volvían del nuevo mundo, ya no se podía dar mucha vuelta atrás, y menos aún con los tambores de industria que pasaron siglos después.
Toda la explotación que se ha hecho sobre nuestras cabezas y sobre nuestras tierras hace que sea imposible tener un folio en blanco desde donde crear (12), pero nos da muchos ejemplos de caídas para poder levantarnos de buena manera, y donde se intensifica la agricultura se debe aumentar la intensidad ecológica al lado.
Quien se interese de lo que pasa después en la Historia y en el campo puede leer el artículo que hice al respecto.
Visto lo visto, se puede ver cierto patrón que, en vez de según algunos, separa al hombre de la naturaleza, solo sirve para hacerle ver que es parte del mismo sistema(10), y ahora pondremos el enfoque más sobre el aspecto de la domesticación.
Hay una historia entre los pueblos del Sáhara (11)sobre un hombre que no soportaba su padre, que le era una molestia, y un día acabó con él, solo para que en su propia vejez también sus hijos le desprecien y quisieran hacer igual con él.
La clase parásita y los esclavos
Allá donde hay excesos, hay parásitos.
Cuando hay mucho ganado, y está junto, es posible que los parásitos les pongan un enfoque incrementado. Cuando muchos cultivos están por sí solos sin nada que conviva, es más probable que le entre plagas que se aprovechen de ellos.
No voy a ponerme marxista y hablar de plusvalía; quitando de encima cualquier teoría política, es evidente que si no te puedes comer un plato de comida entero (y no lo tiras), otros seres vivos se encargarán de comerlos por ti, como mohos o insectos.
Tampoco voy a hablar de Hegel, más que nada porque no he leído Hegel, pero también es evidente que estos excesos no han surgido del sudor propio nuestro, sino que vienen por lo de siempre, mano de obra esclava en lugares de poca importancia para la gente que no vive de aprovechar mano de obra esclava en lugares pobres.
¿Somos nosotros también unos parásitos? Consumimos carne, y gran parte de estos nacen exclusivamente para caer en nuestros molares, igual que también extendemos semillas que también corren el mismo destino, pero la cosa es que nosotros tenemos que comer, no es que podamos vivir del aire o comer los rayos de luz.
No pasa lo mismo con ciertos grupos de personas que se pudieran negar a hacer “artes vulgares” mientras ellos se dedican a las leyes o la teología, o que no quieran cosechar la tierra pero quieran con mucho esmero prestar dinero a intereses villanamente altos, o que simplemente quieren tener gente debajo en vez de al lado.
Una vez que salieron las élites extractivas, nacidas para el saqueo ajeno y defensa propia, también era necesario que salieran los esclavos para que trabajaran por ellos. Fijaos si incluso los títulos nobiliarios, nacidos para recompensar a los guerreros que mejor le caían al rey de turno, hoy significan poca cosa de combate, siendo la mayor parte de la sangre que se cae a lo largo del globo de aquellos financialmente desventajados.
Obviamente, si en un pueblo hay 200 personas y 15 se pegan la mejor vida, siguen necesitando que trabajen los otros 185 para extraerles ese dinero. Esclavos se vuelven siervos, se vuelven obreros, se vuelven consumidores. No se vuelven por gusto, hay una obligación detrás.
Un parásito puede ser visible o puede estar en los escalafones bajos, ambas cosas no pueden ser verdad a la vez. Por ello, los que son visibles suelen estar arriba, igual que aquellos que sintetizan las leyes, y de ahí que se formen leyes que planten en condados los campesinos que allí viven, creando el modelo de feudo, mientras tanto aquellos que viven en las ciudades tienen más movilidad, a cambio de sufrir un grado mayor de extracción y de tener que obedecer más a ellos.
Hay veces que estos parásitos han cesado su condición, volviéndose simbióticos o incluso sacrificándose, pero estos Carlos V(9) suelen ser excepciones en comparación a la cantidad de corrupción en tantos niveles, uno puede verlo fácilmente en la estructura de la clase actual laboral llena de managers, ejecutivos senior, trajes con mil nombres y cero ocupaciones definidas.
Esto reafirma lo mencionado antes en cuanto a sistemas, porque esta clase managerial ocurre donde hay mucha complejidad, como en multinacionales, o excesos, como en empresas financieras.
¿Y la domesticación? Pasa justo igual.
Este mundo lleno de diversidad humana, como pasaba con la diversidad en especies salvaje, fue domesticado gradualmente, como vimos anteriormente, y esta domesticación vino de parte de parásitos, que somos nosotros, porque el parasitismo es una forma de depredar donde hay diferencia considerable de tamaños.
Igual que una pulga es más pequeña que el perro que desangran, igual para con el número mínimo de cazadores desangrando las mucho mayores poblaciones de ciervos, por ejemplo. Igual pasa con la gran masa de esclavos y los ciudadanos de la antigua roma, igual pasa con la gran masa que lleva una mitad del total del dinero del mundo y el número menor a 1% que lleva la otra mitad (8).
Igual que los que están encima de nosotros viven de rentas, y muchos de nosotros también están dispuestos a alcanzar eso, nosotros también vivimos de las rentas de sangre de las poblaciones de ganado, con una vida tan reducida en posibilidades, tan innecesaria en un tiempo normal pero necesaria para producir nuestro sustento como es la vida de aquel que nació solo por los beneficios de optimizar que trajo la revolución industrial, y que solo se le permite vivir y extenderse en número para servir en la producción del mercado, y cuando ese sistema deja de funcionar, millones mueren como ellos también matan a su ganado en subsistencia (7).
Jabalíes se vuelven cerdos, se vuelven ganado. Esto que antes tenía muchos servicios a la naturaleza entera ahora solo cae en la boca de un solo ser vivo, como una masa de conejos que solo entra las fauces del lince. Las cabras nos rinden leche, cuero, carne, algunas incluso se les aprovecha los cuernos, el pelaje o su manera de alimentarse (6), y como no votan nosotros hemos decidido perfectamente cómo deben vivir a cada punto.
Esta domesticación se puede percibir de más maneras, pero una de las más vistosas que podemos ver es en la borriquita que llevaba encima a Jesucristo. Él, que iba a ser sacrificado para la humanidad entera (según los textos) ¿Qué mejor manera de empezar el misterio suyo principal que a lomos de aquella bestia, que cada día era sacrificado para el beneficio en esfuerzo de la humanidad? Igual que él muere por los pecados, el burro se le fatiga para dejar arados los campos y transportar las carretas, y esto que va en el borde de blasfemar se comprueba con cómo se expresa de sobremanera su sufrimiento, igual que también sufre el burro bajo la vara del gañán que le arrea cada día hasta que caiga muerto.
Otra manera es viendo el libro del Asno de Oro(1), donde el protagonista recibe como maldición volverse un burro y se describe en gran detalle todas las penurias que pasa y la poca recompensa que recibe a cambio.
Igual que al hombre del campo se le avanzó la tecnología y cruzaban trenes hasta las puntas recónditas, pero ahora ese tejido está en descomposición, ya que como ya se ha emigrado a la ciudad ya se ha echado la red, y se niegan “por ser caro” a restablecerlo, porque daría eso más poder al campo.
UNA LUZ
Hay luz en este cuadro de sombras, siempre ha habido.
Siempre ha habido gente que ha puesto medidas para actuar justamente, este combate siendo eterno y la gloria siendo monumental pero momentánea. Las cadenas avanzan como avanza la tecnología, pero siempre salen nuevas opciones que puedan mitigar los peores daños.
Si nos centramos en cuanto al estado de la naturaleza, Pepe Mora lleva un asunto en la campiña del municipio de Córdoba(3) para ayudar a frenar la erosión del campo mediante acciones en cuanto a las lindes entre fincas; “Del cloro a la biodiversidad” (4) es un asunto promovido por el jardín botánico de Córdoba para volver fuentes de particulares en espacios donde hasta en la ciudad los seres vivos pueden acabar con males como los excesos de mosquitos, aparte de dar más belleza y costar menos que una piscina con estéril cloro; “Olivares vivos”, “Secanos vivos”, y “Montes vivos” (5)son unas iniciativas de la Sociedad Española de Ornitología para retornar la vida a estos espacios y mostrar que es más rentable que dejarlo baldío.
Si miramos por la población, hay libros de todas las perspectivas y opciones al respecto, gente que los ha leído y ahora participa en ecoaldeas, o que mejora su pueblo como hacen en América las Strong Towns(2), asociaciones de vecinos y asambleas. Todo esto podría desmentir el estereotipo de una población periférica sumisa a cualquier ordenanza de las altas esferas, si acaso eso hubiera sido posible en cualquier punto de la historia de la humanidad.
Queda el mundo abierto de par en par para aquellos que quieran ver cómo mejorarlo. Para concluir, podemos sacar varias frases que vuelvan a resumir la tesis, una vez que hemos aprendido esto:
>En el espíritu de lo campocore, la historia de la humanidad puede verse usando de analogía la historia de como ha tratado la naturaleza.
>El elemento del parasitismo afecta a ambas entidades por igual, que es una población pequeña que suele extraer de la población mayor.
>Está en nuestra mano entender todo esto y ver si es útil o si debemos deshacernos de ello (en caso que no lo sea).
Artículo previo: GC en “sabor a Córdoba”
Artículo posterior: Cómo (y por qué) hacer cajas nido
NOTAS
Tenía preparado este mes un artículo sobre la importancia de mazarse y su relación con el campo, pero ciertos factores externos lo han impedido. Dirijo a quien quiera llamarme a comentar en este artículo o contactarme en mi cuenta de Instagram.
Como llevo una racha de artículos de una calidad menor de la que yo mismo me pongo como estándar, tuve este artículo como ejemplo para retomar la longitud y citas con la que estoy cómodo. Todo feedback es bienvenido, y cualquiera que quiera comentarme alguna iniciativa con la vibra que dije en su apartado en su espacio local puede hacerlo en mi Instagram (enlace de Instagram) y lo publicitaré también.
Temía que al escribir esto sonase como un estereotipo animalista o como el tipo de tío que dice “uoo… la humanidad es el virus… deberíamos extinguirnos” cuando de hecho no es el caso en absoluto lo que pienso, y espero que me haya comunicado claramente.
REFERENCIAS
(1) El asno de oro (170 DC), Apuleyo.
(2) https://www.strongtowns.org/
(3) PROYECTO DE DIVERSIFICACIÓN DEL PAISAJE RURAL DE LA CAMPIÑA DEL TÉRMINO MUNICIPAL DE CÓRDOBA (2005)
(4) https://www.jardinbotanicodecordoba.com/proyecto-del-cloro-a-la-biodiversidad/
(5) Información sobre Olivares vivos, Secanos vivos, Montes vivos
(6) Observaciones sobre las cabras (1970), M.H. French
(7) La rebelión de los tártaros (1897), Thomas de Quincey
(8) Informe global de riqueza UBS (2024)
(9) Carlos de Europa: Emperador de Occidente (1962), D.B. Wyndhan Lewis.
(10) THE ONE-STRAW REVOLUTION, AN INTRODUCTION TO NATURAL FARMING (1978), Masanobu Fukuoka
(11) Cuentos del Sáhara Argelino (2021), Francisco Moscoso García.
(12) Tres estudios sobre Sevilla (1974), Cámara Oficial de comercio, Industria y Navegación de Sevilla
(13) https://www.eldiadecordoba.es/provincia/seto-mejor-conservado-campina-cordoba_0_1740126972.html
(14) Eroticism and Sensuality (1986), Georges Bataille.
(15) Meditaciones de la técnica (1933), José Ortega y Gasset
(16) Como ejemplo, se puede observar este Paper sobre cómo los hititas usaban para sus rituales los árboles.