Por una vez cumplo con el ejemplo en cuanto a atender lo que tengas cerca, y os voy a contar bien cómo funciona el nuevo evento llamado Sabor a córdoba, que ha sustituido la feria de comercio donde cada pueblo se exhibe. Esto no es único, pero aquí en córdoba se ha querido rediseñar para un aspecto más comercial en vez de turístico (supuestamente).
Tomé El autobús ocho, que me lleva del poblado centro a un polígono industrial. Esto es una de las desventajas de la nueva localización, ya que en la anterior estaba mejor conectada al núcleo de turistas y habitantes, que son por igual la población objetivo.
Llegué, hice preguntas, disfruté y me fui. Lo que saqué de aquí es de interés a quien quiera saber cómo funcionan las ferias de este estilo y en general, aparte de varias cosas campocore, que para algo lo estás leyendo.
Hay un cambio en cómo funcionan las cosas, o no.
El carácter del evento ha sido profesionalizado. Como el recinto está más abierto, el mayor área de dispersión da un carácter más comercial. Igualmente, se pueden disfrutar de muestras de cremas de anís, quesos curados de cabra malagueña, aceite de oliva de variedad pajarera donde mojar un exquisito pan.
Solamente atendí esto el año pasado, así que no tengo mucho fondo desde donde poner mi perspectiva, siendo esto encima puesto como una nueva e innovadora feria, pero puedo decir lo homogéneo que tiene en cuanto a otras de distinto tejido y mismo corte.
He atendido ferias medievales. He atendido festivales de los juegos de mesa. He atendido mercados navideños, de artistas, de libros. En lo poco que llevo de experiencia veo patrones en cada color, texto y tamaño. Hay más calidez en decorados que impidan poner encima del puesto el nombre de la empresa, que esa identidad parece poner un muro de teatro que, aunque ocurre en todos, se hace demasiado visible a menos detalles haya.
Los puestos han reducido su tamaño, ya que ahora no necesitan poner al lado figuras bellas o muestras de su cultura, tomando el mercado la identidad activa exterior de los pueblos en este año.
Tengo cuatro fotos que enseñaros para contaros cuatro cosas. Os tengo que decir que hay narrativas que compiten, saturación, apatía y mucho que observar.
La aceituna
Arbequina, Picual, Picuda, Pajarera. He probado las cuatro, me han dicho lo mismo varias veces lo suficiente como para acordarme, y hace falta mencionarlo.
Arbequina es frutal, suave, mientras que Picual se coge la más temprana (y más intensa), tanto que hasta se nota el cambio con una cogida solo una semana más tarde. Picudo es punto medio, Pajarera es una variedad particular de pocas zonas, y también queda que hay mezclas de ellas.
La industria del aceite de oliva que surge de procesar estas variedades es grande, y con ello llegan las típicas estrategias comerciales vistas en industrias de tal calibre. Hay quienes venden un mensaje ecológico, mencionando que no lo filtran, mientras otro te dirá que lo malo es no filtrarlo y que esos posos dan impurezas a la materia y mala humedad.
Los recipientes que colaboran con una marca de joyería normalmente es para esconder el aceite demasiado promedio. Con este objeto vienen rituales de primero oler con recipientes que tapan el color para solo poder discriminar con el olor, como si estuviera en una cata, mantenido a 24º estable
Arteoliva, por la saturación del mercado, tuvieron que expandirse para tener una posición más prominente en la mente consumidora, pero al final han de recurrir a vender exportando, aunque sus suministros no quedan más lejos que la provincia o como mucho la comunidad autónoma.
Aquí sobre todo hay aceite. Hay aceitunas, miel, alcohol, modificación genética, pescado incluso, pero sobre todo hay aceite y pan para mojarlo.
Los alcoholes
Hay pacharán, licores, Alambiques y la tradición y buen vivir vendido con un trapo puesto por encima del vicio que ello supone. De todos los puestos, con esta categoría, solo dos daban muestras, de los que yo tomé solo uno.
Aquí lo que más vende sí que es la imagen, ningún argumento racional te puede convencer a tomarlo o comprarlo siquiera. Por eso se necesita apelar a un buen rato, a un recipiente minimalista, a las hierbas para que las huelas y creas que eso tiene que ver con lo natural.
Hay colores para diferenciar lo que viene a ser lo mismo, pero con sabores cada uno peor que el anterior. No voy a decir que esto es práctica única, pero para vender lo que no tiene beneficio hay que recurrir a las tácticas menos lógicas.
El turismo
El año pasado había fotos mostrando figuras íberas, esculturas de aves, me echaron una foto engalanado como un bandolero y detrás de mí un croma verde al que ponerme como un png entre gente de ese tiempo. Este año había folletos. Solo había folletos.
Ruta de Robert Capa. Guía del Museo del cobre. Tríptico sobre un pueblo lleno de granito. Lo más grande fue un libro de recetas. Nada más. Queda de malagradecido remarcar esto, pero es triste ver cómo los pueblos quedan relegados al sabor que tres o cuatro marcas PYMES exponen.
La información
Lo gratis estaba delicioso, la navaja llavero que compré parece por ahora bastante útil, pero algo que cabe recalcar que había era información, mucha información. Pese a los espacios vacíos para delimitar calles y lugar principal, cada puesto tenía alguien o algo que te llenara de saber que no podrías sacar en otro sitio.
Jamón del mar es una pieza noble de corte del atún, pescado entre laberintos de redes y son un sabor fresco, increíblemente salado, perfectamente complementado con regañá. No me esperaba ver pescado en algo sobre Córdoba, pero comerlo ha sido muy de mi gusto.
Las rutas de senderismo son de gran utilidad a todo el que vaya a pasar por cualquiera de las mancomunidades que tienen sus mesas puestas ahí, la foto de la leona íbera queda recluida dentro de un libro con formato peculiar, pero ahí está al menos.
Aparte de comer, he disfrutado de preguntar y observar en la vida real lo que veo en las clases, y se nota que las empresas pequeñas que tienen su haber aquí tienen verdadera pasión por su servicio y las que solo están para ver si consiguen que alguien se interese sin esforzarse mucho ellos.
La mermelada de naranja dulce y la miel de aguacate, el queso hecho incluyendo aceitunas, más técnicas poco conocidas son geniales de ver para tomar inspiración de más maneras en la vida real una vez se salga del recinto.
Si algo me encanta es que la información sea libre, y en esto sí que ha sido un gran logro.
Lo que se puede aprender de esto.
Quien mire desde fuera en la calle o en los periódicos no va a ver estadísticas, números o argumentos a la razón. Van a ver Colores y formatos. El consumidor no es razonable, es estúpido salvo para algo particular que tú desconoces y que justo te puede beneficiar. Aun así, se ve una coherencia interna a la hora de maniobrar y operar en el recinto.
De todo esto también podemos aplicarnos hacia nosotros y nuestros actos. No podemos olvidar la razón, que es el núcleo de una idea, pero tampoco podemos olvidar las estéticas, que son la piel y su sabor. La estética llega muy lejos, pero una estética interna es cantarle al coro, de modo que hace falta mostrar también una coherencia interna como cuando pregunto y me responden sobre aceite notando sus cualidades según la fecha en que se cogen.
Me han dejado echar fotos a varias cosas, y esto también es ejemplo que hay que dejar que aquel que venga con interés a tu asunto le muestres cómo es, porque así es como mejor se le va a quedar y la mejor manera de dar buena imagen.
No voy a ir a la feria de los espacios naturales porque no tengo 25 euros en Patreon como para ir ahí y contaros como sería la experiencia.
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